LA MÁS GRANDE PROMESA
Todo empieza con estas palabras; “Empero Jehová había dicho a Abraham: vete de tu tierra que te mostrare; y haré de ti una nación grande, y bendecirte he, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición: Y bendeciré a los que te bendijeran; a los que te maldijeran, maldeciré; Y serán benditas en ti “TODAS LAS FAMILIAS DE LA TIERRA ”.
Uno de los mas grandes eventos de la historia Sagrada, fue el Pacto o promesa que hizo Dios con Abraham, a él le fue prometida una simiente mediante la cual serian bendecidas las naciones de la tierra.
A medida que se descubría el drama de la intervención divina, esa simiente vino a revelarse como Cristo. (Gál 3:16) el significado del Pacto hecho con Abraham, tenia que ser revelado progresivamente.
Aunque obviamente, Abraham no captó el significado completo de la bendición mediante la simiente prometida, es claro que él sabia que de alguna forma tal promesa, señalaba hacia el redentor venidero, (Juan 8:56) porque esta escritura dice “SE GOZO POR VENIR MI DIA”. Al menos esto es evidente a la Nación hebrea, comenzando desde Abraham; le fue dada la promesa de un “MESIAS” venidero, y fue su gran privilegio y responsabilidad mantener viva esa esperanza durante los siglos de espera.
Cuatrocientos treinta años después de haber confirmado la promesa de Cristo a Abraham, se llevó a cabo otro gran evento; Dios dio la ley a Israel, dado que fue entregada mediante Moisés, algunas veces se le llama sencillamente “MOISES”, la ley (o Moisés) comprendida no solo la codificación del carácter eterno de Dios, sino también todo el cuerpo de la instrucción dada para la existencia y gobierno de Israel como nación, (Gen 19:5). Incluía leyes ceremoniales, como las tres principales fiestas judaicas, (Ex 23:14,16), fiestas de los azimos, de la Siega y la fiesta de la Cosecha.
Judiciales aquellas en las que se castigaban los delitos cometidos entre ellos; leyes higiénicas y morales, como representarse unos con otros en matrimonios, como también en ayuntamientos con animales, (Gen 22:19).
Todo un concepto de reglas para su pueblo; Es importante que relacionemos correctamente estos grandes eventos, “LA PROMESA DADA A ABRAHAM”, y la “LEY DADA A MOISES”; el Apóstol Pablo dice, que la ley, (MOISES) no añadió nada a la promesa, (Gál 3:17) “La ley fue dada por causa de la trasgresión, hasta que viniese la simiente, (Gál 3:19), sin la ley, Israel se habría perdido la esperanza de la venida de Cristo.
Por consiguiente, la ley, fue necesaria para ayudar a Israel a nutrir y mantener viva la esperanza de la venida del Mesías. ¿Cómo fue posible que la ley lograra esto? Vamos a considerar las dos formas de cómo se logró esto que consideramos importante:
1. Sus requerimientos morales austeros e inflexibles, servían como continuo recordatorio del pecado, y mantenía al pueblo de Dios sensitivo a su necesidad de redención.
2. Sus aspectos ceremoniales, prefiguraban aquella redención necesaria. Por ejemplo: LA PASCUA , no solo conmemoraba la redención de Israel de Egipto sino que señalaba hacia la verdadera redención, mediante la sangre de JESUCRISTO.
Toda ofrenda del Tabernáculo servia como sombre de aquella grande ofrenda de cuerpo de Cristo. La dadiva del maná, (Ex 16:15), en el agua de la roca, (Neh 9:15), la sanidad mediante la serpiente de bronce, (Núm 21:8)(Juan 3:14) y muchas otras cos cosas que sucedieron bajo Moisés, era un símbolo de la simiente venidera, era una sombra de los bienes venideros. (Heb 10:1)
Estas cosas no podían ser la realidad ni el cumplimiento de la promesa del tiempo de Abraham; Aarón, el sumo sacerdote, era solo una sombra de cristo, el tabernáculo terrenal era solo una figura de la realidad celestial, (Heb 8:1-5), la tierra de Cannán, era símbolo de aquella “PATRIA CELESTIAL”, que los dignos esperan heredar, Jerusalén y reino de David eran a los sumo una sombra de la “CIUDAD” que tiene fundamentos cuyo arquitecto y constructor d Dios. (Heb 11:16.)(10).
Las ceremonias y ritos que dios dio a Israel, en la ley, y bajo la ley: EL TEBERNÁCULO, LA PASCUA , EL MINISTERIO SACERDOTAL; solo, podía señalar hacia algo mejor; No era la realidad de lo que Dios había prometido a Abraham.
En los días de Cristo, los judíos trataron de convertir la sombra, en la realidad, (Hch 15:1) y no son pocos los que intentaran esto hoy en día dado a que la cimenté ha venido, (Gál (4:4) ¿Cómo podemos volver a un ritual de un templo, a la sangre de los animales, al viejo Jerusalén, como si tal cosa fuera parte de la realidad? Ya que ha llegado la plena luz del evangelio, debemos ver que la verdadera circuncisión es la del corazón, (Rom 2:2), que la Jerusalén verdadera es la de “ARRIBA” (Gal 4:26) que el verdadero Monte de Sión y la verdadera Jerusalén, son celestiales. (Heb 12:22), que el verdadero Tabernáculo esta en el cielo, (Heb 8:1-15), que la Patria verdadera prometida a Abraham no es parte de alguna de “ESTE PRESENTE” mundo malo (Heb 11:10-16Ç) y que los verdaderos hijos de Abraham son aquellos que creen en cristo Jesús, (Gal 3:29; Rom 2:28).
La promesa de Cristo fue dad a Abraham, la ley (Moisés), fue dada para mantener viva la esperanza de la venida de Cristo; la Ley no fue el cumplimiento de la promesa, sino que señalara hacia su relación, tomar cualquier cosa de la Ley. (Incluyendo Jerusalén y a la tierra de la palestina) y llamar a tal cosa, la promesa hecha de Abraham, es fracaso no entendiendo el propósito de la Ley.
Cuando vino cristo, la dispensación de la ley (MOISES), ya había cumplido la función de la historia, la sangre de los animales, los días festivos, el templo Judío, la Jerusalén y la tierra Santa, habían cumplido su función, y cualquier retorno a esas cosas, en el tiempo constituyen una negación de la realidad, que nos fue traída mediante el sacrificio como un perfecto sacrificio en la cruz del calvario; y reinaremos en esa gracia divina, la cual es cumplida la promesa en Abraham “EN TI, SERAN BENDIDAS TODAS LAS FAMILIAS DE LA TIERRA ”.
Cristo fue el perfecto cordero que nos redimió de la ley. (Rom 7:4-6; Gál 3:13-14).
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