LAS DOS CARAS DE ENERO
El primer rey de Italia, llamado Janos fue considerado un dios y se le dio tanta honra y adoración, que en Roma se erigió un templo en su honor; y se llamó “EL DIOS DE LA PUERTA”, porque todo abría.
El primer mes del año, simbolizando la apertura de cada año éste dios y garantizando así que el resto del año, sería de bienaventuranza.
En el museo de Duomo, en Ferrara, Italia se encuentra una estatua del dios Janos, esculpido con dos cabezas con semblante viejo mirando hacia atrás, y la otra joven, mirando hacia adelante, testimonio en la cultura romana.
Así como esta escultura representando el pasado y el futuro, el pueblo de Israel anduvo cuarenta años en el desierto (Éxodo, 16:35, Deuteronomios, 1:3, 2:7,8:4,29:5, Números, 3:3,9:21) siempre mirando hacia adelante (buscando la tierra prometida y esperando los milagros y las promesas de Dios) cuando les iba bien, y mirando hacia atrás (Egipto) cuando les iba mal, sintiendo haber dejado muchas cosas materiales, por lo que Dios juró que no entrarían en su poso. Cuarenta años estuve disgustado con mi pueblo y dije: pueblo es que divaga de corazón, y no han conocido mis caminos. Por lo tanto juré en mi furor, que no entrarían en mi reposo, Salmos 95:10-11.
De la misma manera, muchos cristianos hoy en día viven un cristianismo con dos caras, una mirando hacia adelante (la ciudad Celestial) y la otra hacia atrás (al mundo), siendo, que Dios determina a trabes de una carta que escribió el Apóstol Pablo a los corintios, lo que uno es si está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas, 2° de corintios 5:17.
Nadie puede ser verdaderamente feliz, mientras trata de servir al Señor, pero sin dejar de mirar o anhelar cosas que habían quedado atrás, avanzando hacia lo que dios nos presenta adelante; olvidemos rencores, amarguras, resentimientos, actitudes, mediocres… dejemos atrás toda perturbación que nos impida acercarnos a Dios y humillémonos ante Él pidiendo le perdón por esas posturas que lo único que acarrean a nuestras vidas, es infelicidad e incertidumbre.
“Hermanos, yo mismo no hago cuenta de haberlo alcanzado; pero una cosa hago, olvidando ciertamente lo que queda atrás y extendiéndome a lo que esta adelante, prosigo al blanco, al premio de la soberana vocación de dios en Cristo Jesús.” Filipenses 3:13-14.
No seamos Janos modernos, con una cara hacia Dios y otra hacia Satanás, una a la Iglesia y otra al mundo, una en el hogar y otra fuera de el, una en el nuevo año y otra en el año pasado… lo que ya pasó, dejémoslos atrás, lo importante es el presente, el futuro y la manera en que Dios quiere que nuestras vidas sean dirigidas en este presente y en ese futuro, para que Cristo nos haga dignos de nuestra salvación y de ser partícipes en su obra, para la salvación de los demás.
Hagamos, de servir a Cristo con una sola cara, nos esté yendo bien o mal, y sólo cuando estemos iniciando un año, un mes o una semana, si no siempre, cada día de nuestras vidas, reflejando en nuestros rostros la luz que irradia a Cristo, así como el gozo que da la esperanza de ser salvos, luz y gozo que sólo podemos tener si no divagamos de corazón y entramos en su reposo, no como el pueblo de Israel, Salmo 95:1. Que no pudo lograrlo por tener las dos caras, de las que hemos venido hablando. Procuremos, entrar en reposo que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia, Hebreos 4:11.
Entonces el llamado que hace Cristo no es a determinadas personas, sino A TODO EL MUNDO, por eso está escrito en el Salmo 95:7-8, (mil años antes de Cristo) determina otra vez determina cierto día diciendo por David: Hoy después de tanto tiempo, como esta dicho: Si oyereis su voz HOY, no endureiscais vuestros corazones.
¡DISPONGAMOS CADA DÍA DEL AÑO NUESTRO CORAZÓN A OIR ESTE LLAMADO!
Efraín Gómez G.
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